¿Qué ver? Destino Final: Lazos de Sangre


- Finalmente, se nos revela la identidad del misterioso hombre de la funeraria: se trata de William, el niño que sobrevivió a los sucesos ocurridos en los años 60. Esta revelación explica su conexión con las películas anteriores.
- Hasta ahora, la única persona en todo el universo de la saga que ha logrado vencer a la muerte es Kimberly Corman, la protagonista de Destino Final 2.
- Tony Todd, el actor que interpretó a William, falleció tras concluir el rodaje de la cinta

Destino Final: Lazos de sangre está ambientada en 1968, mucho antes de los eventos de las entregas anteriores, lo que la convierte en una precuela que revela el origen de la historia. Comienza con un espectacular prólogo en los años sesenta, en el que vemos a una joven Iris (Brec Bassinger) yendo con su novio, Paul (Max Lloyd-Jones) a un nuevo restaurante en lo alto de una torre recién inaugurada. Yo ya estaba nerviosa solo con la vista. Lo que parece una cita romántica y emocionante rápidamente se convierte en una pesadilla: un gesto tan simple como lanzar una moneda marca el inicio de una cadena de eventos que desembocan en muertes creativas, sadicas y visualmente impactantes.

¿O tal vez no? Porque décadas después, la historia da un salto hasta el presente y nos centramos en Stefani Reyes, la nieta de Iris, quien desde hace meses sufre de insomnio por culpa de una pesadilla recurrente: sueña una y otra vez con los eventos del prólogo, despertando siempre con un desgarrador grito.
El prologo es sinduda uno de los puntos mas fuertes de la pelicula. No solo cumple con las expectativas, sino que las supera con creces. No recurre al caos inmediato como otras entregas, sino que se toma su tiempo, lo que la hace más realista y perturbadora. Cada pequeño detalle parece tener una intención, como si el desastre se armara paso a paso delante de nuestros ojos. Y cuando todo finalmente estalla, lo hace de forma brutal y sorpresiva, pero completamente lógica dentro de su mundo. Diría que esta premonición no solo es de las más impactantes, sino también de las más inteligentes y mejor orquestadas de toda la franquicia. No es solo un accidente espectacular, es una declaración de intenciones: La Muerte viene mucho mas inteligente, paciente y creativa.
Esa es una de las diferencias clave respecto a entregas anteriores. En Lazos de Sangre, la Muerte no es un ente que actua al azar, es un cazador silencioso que planea cada movimiento con paciencia. Se siente omnipresente, como una amenaza constante que se cierne sobre los personajes (y sobre nosotros). Me hizo sentir que estaba siendo acechada por algo que no podía ver, pero que estaba siempre ahí, esperando.

«Pienso disfrutar del tiempo que me queda. Les sugiero que hagan lo mismo. La vida es preciosa. Disfruten cada segundo«.
Uno de los mayores logros de esta película es su capacidad para transformar lo cotidiano en algo aterrador. Cada objeto que aparece en pantalla —un vaso, un balón— deja de ser inocente. La cinta consigue que miremos cada escena con desconfianza, anticipando el desastre. Nos atrapa en una tensión constante, convirtiendo lo ordinario en potencialmente letal. Algo que me gustó especialmente fue esa reacción física que pocas películas logran provocarme: varias veces me tapé la cara con las manos. Quería mirar, pero al mismo tiempo no quería ver lo que estaba a punto de pasar. Esa mezcla de curiosidad y miedo me tuvo en vilo todo el rato, y creo que ahí es donde la película acierta de lleno: te hace sentir incómodo, pero no puedes dejar de mirar.
Conclusión: Es una película que consigue que lo cotidiano se transforme en amenaza y que el miedo se sienta en cada detalle.